Cristal caliente y diluido,
engendrado en sentimientos
impotentes.
Lentamente brotas
de una entraña herida,
buscando tu destino incierto
en esa piel estéril
que cobija tu caída.
Sangre aglutinada,
fluido íntimo,
desgarro de la carne
-herida y roja-
que te mece.
Errante buscas la respuesta
a tus gemidos
incompletos,
frustrados en la entraña
de tu madre.
Esta líquida verdad
encerrada en lo sutil de tu misterio:
La efímera,
quebradiza,
muda
vida humana.
Tu sustancia,
sollozo de insondable dolor
jamás perdido.
Tu leve arista,
frágil.
-Nuestra visceral garganta-
Bandolera, pero que poesía pan preciosa. Me has
ResponderEliminaremocionado con esa Lágrima.
Un abrazo.
Gracias, Bárbara, pero acabo de cambiarlo, retocarlo. estaba pendiente.... ;)
ResponderEliminarPues yo no le haría más retoques, a mí me gustan esos versos tal y como están ahora.
ResponderEliminarHola, Sonia!! Por fin nos volvemos a ver. :)) En cuanto pueda descansar un poco, te busco por las autopistas de la red. Gracias.
ResponderEliminarQué poema tan expresivo y lindo! Y la forma en que usas las palabras es arte :)
ResponderEliminarEncantada de verte, Luna. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminares una lágrima que parece brotar del dolor de un continente, la lágima que simboliza las lágrimas. el ojo es una herida, se confunde la gota de sangre con la gota de llanto
ResponderEliminarUn placer tenerte aquí, Alcides. Espero poder publicar de nuevo en breve en Pez de Plata.
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