Poema dedicado a la pequeña Rosario, viva. La niña que fui. La que me espera.
¿Cómo conseguir abrir
esa ventana
y liberarla?
Es un dibujo...
Atrapada en su boceto
habita ella.
Enfrentada
a una mágica visión.
Al cielo eterno.
-Algodones de inocencia
mudan, leves-
Es el pelo recortado
de una niña,
contemplando el firmamento
inacabable,
preguntándole
un por qué.
-El por qué
del azul
de su misterio-
Asomando
el propio asombro
de puntillas,
casi al borde
de ese marco despejado
-un espejo al infinito-
Una niña que aún no sabe
de su miedo,
que ilusiona de sí misma
su universo.
Cuentos, soles,
pájaros y ranas.
Mágicas princesas
y manzanas.
Versos.
Anhela atravesar
el mundo,
cabalgando su litera.
-Ese ingrávido horizonte,
más allá de su guarida-
En sus sueños está abierta
la ventana.
El dibujo del futuro
la clausura
-¿Sin candado?-
con hondura.
Espera que yo la abra.
Espera lo que no he sido.
La niña quiere vivir.
-Cándida inmortalidad amable-
Y a mí no me debe nada.
Yo le debo lo que es.
Fue todo.
¿Sabe que morir conmigo
es su única cadena?
Acaso lo sepa yo.
Quizás sea este poema
lo mejor que dé yo misma
para ella.
Lo he leído repetidas veces, y en esta última me he emocionado tanto o más que en la primera. El mundo de la pequeña Rosario, fue también el del pequeño Tomasito, y el de tantos otros niños, cuyas únicas cadenas son el estar obligados a morir con nosotros. En ocasiones, cuando la nave de mi vida navega innecesariamente por mares procelosos, siento en lo más hondo la angustia y los sollozos del niño que fui. Creo que a todos nos pasa o nos pasó alguna vez. En tu caso, debes sentir la más amplia y fresca de las sonrisas de Rosario, porque además de un magnifico poema en forma y contenido, es un espléndido retrato, del que me encantaria poder conservar una copia en mi album.
ResponderEliminarTomás, es uno de los comentarios que más me han llegado y con el que me he sentido arropada y acompañada. Gracias.
ResponderEliminares muy hermoso, enhorabuena y gracias por compartirlo, a los !
ResponderEliminarGracias a tí, Jorgeferreretxezarra!
ResponderEliminar¡Increible! tu poema y mi cuadro se fusionan a la perfección ¡Vaya! ni que nos lo hubiesemos propuesto. ¿Será el karma?
ResponderEliminarHacía tiempo que no lo leía. Me sigue pareciendo emblemático de tu estilo, a veces cortante, que tanto me gusta. Los poetas se tocan (Pienso en el poema de Jesús Aparicio, que ha dado pie a esta relectura).
ResponderEliminarJanial!! Acababa de dejarte un recado, pero no esperaba verte justamente en este poema... El de Jesús es fantástico, como siempre. Me alegra verte, también como siempre. :)
ResponderEliminarY gracias por lo del estilo, das unos ánimos importantes. Aquí ya me eres un imprescindible. Por tu cariño y por tus atinadas críticas.