Me hablas más
con el silencio de tus ojos.
Cuando, cálidos,
se acercan a los míos
susurrando sus misterios,
casi palpo al ser que crea
tu mirada.
Y el lenguaje, enmudecido,
trascendido
por el eco de tu alma,
humillado, se descalza
y difumina
tenues gotas de silencio.
Y calla.
Y tus ojos adormecen en mi boca
No hace falta llenar el tiempo con palabras, hay miradas que te dicen mucho más. Muy chulo!!
ResponderEliminarExacto... Gracias, ni niño.
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