Hoy escribí algo.
Y noté que escapaba la palabra
a mi mano,
y que huía a su Olimpo perdido
en la idea.
La intuí profunda, lejos...
Ya no pude balbucir lenguaje,
me sentí sangre estallando
sin sonido y etérea.
Quedé al borde de rozarla,
inerme,
sin llegar a colmar ese hueco
sin forma,
vacío de verbo y de olvido.
Me sentí la pluma yerma.
Y busqué desesperadamente
la palabra.
Plena.
(Dibujo original para este poema: Camelia Davidescu)
Siempre hay que continuar. Los recuerdos son permanentes pero cambian de matiz y de forma, por lo que siempre se pueden plasmar en el momento presente.
ResponderEliminarBien por ti!!. Un beso enorme
Maravillosa Duna en el desierto.....
ResponderEliminar